domingo, 26 de agosto de 2012

Con las manos en la masa

Siempre he pensado que el verdadero poder del ser humano reside en su interior. A veces, nos olvidamos de él, lo tapamos y empolvamos con capas y capas de superficialidad, pero, llega un momento, en que toma vida propia y decide emerger...ir más allá de las limitaciones condicionadas de nuestro raciocinio. Y cuando lo hace, lo hace con todo su poder y con toda su creatividad.

Allí estaba yo, frente a la encimera de la cocina. Frente a mi había dispuesto cada uno de los ingredientes que necesitaba de manera ordenada. No es que me guste el orden especialmente, pero a la hora de elaborar una receta, en cambio, rozo la obsesión. Me gusta tenerlos ahí, dispuestos de manera ordenada, tal y como voy a ir combinándolos. Así, que ahí estaban: los huevos, el azúcar, la harina, la levadura, la leche, el anís y el limón.

De repente, sonó el teléfono y me dirigí hacia la otra habitación. Sonaba de manera persistente como si mi interlocutor tuviese prisa por que lo cogiera. Dirigí mis pasos, de manera acompasada cogiendo cada vez más velocidad. Acerqué mi mano al teléfono y cuando el auricular rozaba mi oreja... empecé a escuchar: piiiiiiiiiii! Dios! Como odiaba ese sonido!

Rehíce de nuevo el camino, esta vez con la tranquilidad y la calma, concentrada en el experimento que iba a realizar en la cocina. Al llegar, mire hacia la encimera, repasando mentalmente cada uno de los ingredientes y observé atónita como el paquete de harina, medio abierto, se encontraba caído encima de la encimera y parte de la harina estaba esparcida sobre ella.

Sonreí hacia mis adentros y capte rápidamente la señal. Sin dudarlo, volví a concentrarme en mi labor y metódicamente, mezcle los ingredientes en un bol de cristal. Mis manos se movían rítmicamente y creando una melodía ligera cada vez que incorporaba un ingrediente nuevo a este. Era como si mis manos trabajasen bajo las ordenes de un ente externo a mi.


Cuando me encontraba en el estado de concentración más profundo...nuevamente sonó el teléfono. Para mis adentros pensé: quien narices será? Continué como si nada dando forma a esa masa que se encontraba entre mis manos. Pero, mi interlocutor era persistente y el ring-ring del teléfono volvió a sonar estrepitosamente. Ya había perdido mi concentración así, que me dirigí hacia el maldito teléfono. Para mis adentros iba diciendo: cáspita, que gente mas inoportuna! No penséis que utilizo cáspita muy a menudo, simplemente es por no utilizar un termino mas soez y vulgar.
En fin, como si se tratase de un dejà vu, nuevamente al acercar el teléfono a mi oído escuche es infernal sonido que tanto me irritaba y casi podríamos decir, estaba empezando a odiar.

Retome de nuevo mi labor frente a la encimera de la cocina. Ahora la masa ya estaba hecha y había llegado el momento de dar forma, de crear las piececitas del puzzle culinario que estaba construyendo.
Mis dedos sabiamente, tomaban pequeños pedazos, que modelaban creando formas circulares y alargadas, siempre unidas para evitar las posteriores roturas.
Mientras tanto, el aceite ya había empezado a hervir...y una a una, me disponía a colocarlas sobre él...cuando pasados unos minutos...


 ... nuevamente, el teléfono me distrajo de mi labor. Maldito teléfono! Continué a la mía, haciendo caso omiso a ese timbre estridente que retumbaba en la otra habitación. 

La creación estaba llegando a su fin, las primeras rosquillas estaban cobrando forma y humeantes empezaban a reposar en la bandeja. Observar como iban creciendo bajo el calor del aceite, como se iban coloreando hasta alcanzar un dorado tostado...era algo hipnotizante. Casi podía escuchar, el sutil sonido que hacen al tomar volumen. Pero, una vez más...la hipnosis no era suficiente y el fastidioso sonido del teléfono me sacó de mi mundo, para volver a la realidad.

Esta vez, me dirigí veloz hacia el martilleante sonido. Ya sabía que es lo que iba a pasar, estaba segura de que al llegar, descolgarlo y acercar el auricular a mi oído, escucharía ese sonido que tanto había empezado a odiar. Así, que sin pensármelo dos veces, levante el auricular y empecé a decir: en este momento no podemos hablar contigo, puedes llamar en otro momento o ser tan amable de dejar un mensaje al oír el "piiii"... piiiiiiiiii... Y cuando estaba a punto de colgar oí esa voz tan familiar que decía: cielo, estas ahí?


Continuara...




miércoles, 25 de julio de 2012

La ausencia.



Era difícil verte marchar. Solamente de pensarlo mis ojos se empañaban y una neblina acuosa luchaba por mantenerse férrea, sin asomarse a ese precipicio que se abría ante ella.
Me giré. Te di la espalda, pensando que así iba a resultar menos complejo el desenlace. Pero, una vez más me equivoqué.
Al tornarme de nuevo, tu ya no estabas allí. Solamente quedaba tu ausencia. Una ausencia que golpeaba en lo mas profundo de mi corazón, derrumbando muros, tabiques y puertas. Devastando en su golpear cada uno de los recovecos de tan consistente muralla.
La muralla la había creado yo, con aquella infantil creencia de que tras ella me salvaguardaría. Vigilantes sigilosos mantendrían día y noche la alerta y si en algún momento el dolor osaba asomarse, estaba segura de que la muralla sólidamente construida, no cedería. Pero, una vez más me equivoqué.
 La ausencia trajo consigo el dolor. Y el dolor se coló hasta lo más profundo del alma. 
¿Porqué me giré? ¿Porqué te di la espalda? 
Ahora se, que si miro de frente, asoma el miedo. Pero soy capaz de verlo, de alzar mi mirada y alzando mi voz decirle: -eh, tu!. 
La muralla cedió y la ausencia dejo asomarse al alma. Hubo un encuentro sutil. Un momento de soledad entre ambas. Una vez más pensaba que me equivocaba. 
Pero, entonces, apareció el arte, como un estado puro del alma.


Una nueva cara...un nuevo horizonte.

Realmente, hace un montón que el tiempo no es tiempo y dada su relatividad he tenido bastante abandonado el blog.
Yo he continuado con mis momentos creativos y fotográficos, saliendo a la caza y captura de imágenes perdidas y de nuevos retos.
Tras participar en el curso "On line" de Jackie Rueda, un pequeño grupo, decidimos embarcarnos en un proyecto fotográfico, en el flickr. Allí, hemos creado un grupo, donde semana tras semana, lanzamos nuevos retos para aprender de manera constructiva.
En fin...que la creatividad continua formando parte de mi vida y he decidido que ha llegado el momento de darle un giro al blog, de unir dos mundos que van cogidos de la mano, el de la escritura y el de la fotografía.
A partir de ahora, va a ser un puente entre ellos, un lugar de encuentro donde los relatos y las historias se sucedan con las imágenes. Al igual que una cámara oscura, dejaré correr las palabras para relatar las imágenes o quien sabe, quizás haga sucederse una imagen detrás de otra para explicar las historias. Lo que si es seguro, que un poti-poti saldrá de todo ello. 

viernes, 23 de marzo de 2012

En busca del círculo

Es curioso como pasa el tiempo. Sin darnos cuenta pasan los segundos, para dar lugar a los minutos, después llegan las horas, con estas los días...y en cuanto nos damos cuenta, ya se ha acabado el mes. 

Durante el mes de febrero, en mi participación fotográfica para la vuelta al mundo, estuve buscando círculos. Es, increíble, como día tras día pasamos por los mismos lugares y ni nos fijamos en lo que hay. Pero, si al salir a la calle, preparas tu mirada, esta poco a poco, va transformando los objetos que ves y se especializa en buscar aquello que tu quieres. Realmente, fue increíble, descubrir la cantidad de objetos y lugares circulares que hay en mi ciudad. 

El circulo es una de las formas más perfectas que hay. Salir en su búsqueda fue salir en búsqueda de la perfección. Pero para que queremos la perfección? No somos seres imperfectos en proceso de construcción y eterno aprendizaje?  

Supongo, que el disponer simplemente de la posibilidad de buscar algo, permite acercarte a esa búsqueda y en cierta manera, aprender. 

Durante, mi búsqueda circular, aprendí a dar vueltas, a mirar y a desear. Fue tanto, que podría decirse que el día fue redondo y que la magia tuvo lugar, pues, en plena calle, bajando hacia el parque de la ciutadella, encontré un gran circulo, en el que cabía una persona en su interior. Y esa fue la foto, una foto que unía el presente con el pasado, una foto que emulaba al Hombre de vitruvio, que tiempo atrás dibujo el gran genio Da Vinci.



viernes, 6 de enero de 2012

Un año y doce meses

Es curioso, como el ser humano poco a poco se transforma en un ser ritualista y tradicional. Hay un día al año, el 31 de diciembre, en el cual se dedica a hacer balance, a recordar cada uno de los momentos vividos en el transcurso de los días, de las horas y de los minutos de tiempo pasado. 

Así, que este año 2011 que ya se nos ha acabado, cargado de viajes y del paso del tiempo, de pequeños momentos compartidos y alegrías para recordar, de nuevos aprendizajes y cambios personales...ha sido un año, en el cual nuevos sueños quedan todavía en su tintero, para que el 2012 que acabamos de iniciar, permita durante sus 366 días, tratar de crearlos y alcanzarlos.

Este año, sobretodo, ha sido el inicio de una gran amistad, que no es otra que la de mi querida reflex. Ella, poco a poco, ha ido venciendo sus resistencias y yo, conquistándola de forma manual. Así, que aquí os dejo un paseo por mi 2011, a través de los ojos de mi querida "amiga".