domingo, 24 de marzo de 2013

La galletas de la abuela de Caperucita Roja

Empecemos esta historia como todas las historias...

Había una vez... un mágico e increíble libro de cocina, titulado " La cuisine des fées", en él Christine Ferber, la gran dama de la Alsacia, especialista en mermeladas, nos sumerge en unas deliciosas recetas, que ilustran el mundo mágico de los cuentos de hadas. 

En el podemos encontrar los originales "dedos de hada a la flor del naranjo", "dientes de lobo al anís", "pasta de oso", "las galletas de mantequilla de la abuela"... y hasta unas 70 recetas, introducidas con un pequeño cuento infantil, como "piel de asno", "caperucita roja", "la cenicienta", "pinocho"... acompañados todas ellas de las evocadoras imágenes de Bernard Winkelmann.

De la mano de la gran Amazon llegó esté libro desde el corazón de Francia a mi casa. Ojearlo fue toda una maravilla y hace unos días decidí poner en práctica algunas de sus recetas. Uno de mis cuentos preferidos es el de "Caperucita Roja" de los hermanos Grimm. No se cuantas veces lo habré escuchado y explicado. He llegado a escuchar hasta tres versiones diferentes, desde que el lobo encierra a la abuelita en un armario, hasta que el cazador lo mata y luego saca de la barriga a ambas...bueno, historias que ayudan a que el cuento sea mejor visto a los ojos de los niños. Yo me quedo con el de toda la vida, con el que tras comerse a la abuelita, la suplanta en la cama y al llegar caperucita se inicia el dialogo más genial de los cuentos de hadas: - abuelita, abuelita...que ojos más grandes tienes?...- como acaba ya lo sabemos todos, se la come y luego, aparece un cazador a salvarlas.


Así que de este cuento, os traigo "las galletas de la abuela de Caperucita Roja", pero... dejemos los cuentos de hadas para otro momento y pongámonos manos a la obra.

"Las galletas de la abuela de Caperucita Roja o mi versión de las galletas de mantequilla de la abuela de la Cuisine des Fées"

- 100 gr de harina de trigo
- 50 gr de azúcar
- 50 gr de mantequilla
- 1 cucharadita de levadura química
- 15gr de almendras peladas y molidas
- 2,5 cl de leche
- 1 huevo

Primero ponemos el horno a calentar a 180 ºC y una vez elaboradas las galletas las hornearemos durante 15 minutos o el tiempo en que veáis que quedan doraditas.
Tomamos un bol, en el cual derretimos la mantequilla en el microondas. Con un minutito es más que suficiente. Añadimos el azúcar y mezclamos bien. Si tenemos una batidora de varillas, conseguiremos una mezcla más homogénea y cremosa.
Posteriormente, tamizaremos la harina a la cual le habremos añadido la levadura. Mezclaremos nuevamente. Veremos que la mezcla, que inicialmente era cremosa, se vuelve poco a poco más solida. Y se nos hace como bolitas. No os preocupéis, podéis seguir utilizando la batidora de varillas, sin ningún problema.
Llegados a este punto, añadiremos las almendras molidas y la leche. Yo intento añadirlas juntas, para poder continuar trabajando con la batidora de varillas. Veréis que al entrar la pasta en contacto con la leche se empieza a ligar un poquito.
Ahora es el momento, de continuar trabajando con las manos. Se trata de amasar un poquito la masa, para que coja más cuerpo. Una vez amasada de afuera hacia dentro, formamos una bola con ella y la cubrimos con papel film y la dejamos reposar durante una hora en la nevera.
Pasada la hora, sacamos la masa y preparamos un espacio en la cocina, espolvoreado con harina para estirar la masa. Tomamos moldes con formas, lo ideal seria uno circular, para emular las auténticas galletas de mantequilla Bretonas, pero, como no disponía de ninguno, opte por uno con forma de estrella, para tratar de dar magia a los dulces bocados que iba a hacer.
Disponemos sobre una bandeja de horno, previamente preparada con papel para cocinar, las galletas dejando una separación de unos 6 centímetros para que al hornearse y crecer no se lleguen a juntar.
En este punto, tomamos el huevo que hemos batido y pintamos las galletas. Damos una primera capa y dejamos que las impregne. Posteriormente, volvemos a pintarlas con una segunda capa.
Y ya las tenemos listas, para hornearlas durante unos 15 o 20 minutos, en función de lo crujientes que queréis que queden.


He de confesaros que este experimento culinario fue muy grato para mí, ya que desde que pisé la Bretaña hace unos años, quede fascinada por el increíble gusto de les galettes bretonnes y sorprendentemente, estas galletas de la abuela de Caperucita Roja, tiene un gusto muy similar.

Si os apetece, en lugar de pintarlas con el huevo, podéis decorarlas con un poquito de azúcar, pasado por agua. Se toma una cantidad de azúcar y se mezcla con unas gotas de agua. Se amasa y se pone encima de las galletas. Veréis que al hornearse, el resultado es espectacular, ya que queda una ligera capa brillante y super crujienteee.


En fin...las hagáis como las hagáis, seguramente estarán deliciosas. No lo dudéis, explicarme como os han quedado o si os han gustado. La vida está llena de momentos mágicos y en nuestras cocinas, cada día creamos de nuevos.


Y colorín colorado...este cuento se ha acabado.

 

 

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