No se si lo sabréis, pero en Cataluña celebramos el lunes de Pascua de una manera muy especial. Hoy es el día de la mona. Es el gran día del chocolate y según cuenta la tradición, su nombre procede del
término árabe “munna”, que significa “provisión de la boca”, es decir, un regalo
en forma de alimento dulce que los moriscos hacían a sus señores para
celebrar que la Cuaresma había finalizado. Pero la tradición católica, introdujo, que fuesen los padrinos los encargados de regalar a sus ahijados una preciosa mona de pascua, totalmente confeccionada con chocolate.
Si hay algo que para mi es significativo en estas fechas es que cuando llega la primavera, ésta suele venir acompañada de una
festividad intimista, de devoción y emoción que es la Semana Santa. A
mi me encanta bajar al sur y sumergirme en ese sentimiento a flor de piel que producen las
saetas y el cante hondo durante las largas procesiones.
Aunque, también hay silencio, y al caer la noche es cuando suele salir la cofradía
del Santísimo Cristo de la Agonía, momento en el cual hasta el más
duro de los corazones se encoge en la procesión del Silencio. Las calles suelen llenarse de negro, blanco y morado. Pero por encima
de todos ellos, prevalece un color, un morado rosado que luce en los
estandartes junto al dorado del sol.
Todos esos colores, esas emociones...me llevan a una canción y a la voz
desgarrada de Edith Piaf, en la Vie en Rose.
Esta es mi Semana Santa...la del morado rosado, la de la emoción.
Retomando el tema más culinario, cada año, antes de acabar el cole y empezar las tan esperadas vacaciones de Semana Santa, solemos preparar una pequeña mona de pascua con los peques. Hace una semana decidimos romper los moldes y en lugar del típico bizcocho con los huevos de chocolate, optamos por una versión más dulce y muy fácil de elaborar con los peques, donde el chocolate fuese el rey.
Y esa es la receta que hoy os traigo aquí, como una alternativa sencillita pero resultona como alternativa a la tan querida mona de pascua.
"Mousse de chocolate y avellanas"
- 100gr de chocolate para postres
- 370gr de leche condensada
- 100g avellanas tostadas peladas
- 50g mantequilla
- 2 huevos
- 1 cucharadita moka de café soluble
- 1 cucharadita moka de coñac
- 370gr de leche condensada
- 100g avellanas tostadas peladas
- 50g mantequilla
- 2 huevos
- 1 cucharadita moka de café soluble
- 1 cucharadita moka de coñac
Antes de empezar, lo que haremos será separar las claras de las yemas y ayudándonos de unas varillas electricas, montar las claras a punto de nieve y dejar reposar mientras empezamos la elaboración de la mousse.
Tomamos un bol que pueda ir al fuego y fundimos al baño maría el chocolate previamente troceado junto a la mantequilla.
Retiramos el bol del fuego y dejamos reposar un minuto más o menos. Entonces, añadiremos las yemas una a una y removeremos con la ayuda de unas varillas eléctricas hasta que queden bien integradas.
Llegados a este punto, tomaremos las avellanas que previamente habremos picado y las agregaremos a la masa y las mezclaremos bien. Tener en cuenta que en función de como dejéis las avellanas si picadas o molidas, la mousse al final tendrá una textura diferente. A mi personalmente, no me importa encontrarme pequeños tropezones, por lo tanto suelo picar las avellanas en lugar de molerlas.
Entonces verteremos la leche condensada y removeremos hasta que la masa quede más compacta y tenga más cuerpo.
Una vez hecho esto, añadiremos el café soluble junto con el coñac y volveremos nuevamente con ayuda de las varillas eléctricas a mezclar hasta que la masa quede bien ligada.
Finalmente, incorporaremos las claras montadas a punto de nieve y las mezclaremos con la masa lentamente, ayudándonos de una espátula. Veremos como poco a poco, la masa que inicialmente tenia una textura más compacta, empieza a volverse esponjosa.
Finalmente, incorporaremos las claras montadas a punto de nieve y las mezclaremos con la masa lentamente, ayudándonos de una espátula. Veremos como poco a poco, la masa que inicialmente tenia una textura más compacta, empieza a volverse esponjosa.
Entonces, repartiremos la mousse en copas o cualquier otro envase de cristal y la dejaremos reposar en el refrigerador durante unas horas.
Si queréis, con los peques podéis reciclar los tarritos de yogur transparentes y colocar allí vuestra mousse. Y evidentemente, en la mousse para niños, no es necesario añadir ni el coñac ni el café. Si lo probáis veréis que queda muchísimo más dulce y su gusto te recuerda un poco al de la nutella.
Como os iba diciendo, esta mousse como alternativa a la mona de pascua, puede complementarse con unos bizcochitos o incluso pan bimbo cortado con formas con los moldes de las galletas y utilizarla como si fuese una pasta para untar. Realmente, el experimento queda delicioso ya que como veréis queda una textura muy especial.
Como decía el entrañable Bugs Bunny... eso es todo amigos!!! ;) Espero que hayáis podido disfrutar de un dulce lunes de Pascua. El mio como veis ha sido lleno de chocolate y texturas.
Me gustaría dejaros un pequeño imprimible como motivación a esos días grises que todas tenemos, en los cuales, sin saber porque, el chocolate siempre nos ayuda a sentirnos mejor.
descarga gratis: imprimible motivacional
descarga gratis: receta de la mousse de chocolate y avellanas
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Hola Ana! Hola! Me encanta tu blog. Tienes un premio esperando en mi blog. Pasa cuando quiera a recogerlo. Un beso y Felicidades!
ResponderEliminarMuchísimas gracias Teresa! Y ahora que tengo que hacer con el premio? Me alegro de que te guste el blog. Besotes
EliminarSi entrad en mi blog veras de que va! Se trata de que cuando quieras respondas el cuestionario que yo repondi ( y que me paso quien me otorgo el premio) Es un cuestionario rapido simplemente para que tus lectoras y otras bloggers te conozcan mejor. Y despues tendras que otorgar el premio a otros 15 blogs que te gusten o te parezcan interesantes y obviamente avisar a las ganadoras. Un beso! Y felicidades de nuevo por tu trabajo!
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